Hace poco, leí un libro sobre Felipe Cruzat, cuya historia por lograr un donante de corazón, nos puso como país, como personas, a prueba...y no la pasamos.Este pequeño necesitaba un corazón con ciertas caracteristicas, quizás llegaron y no le servian y quizás estuvieron cerca de uno, pero ( como siempre) algo o alguien le impidio conocer a Felipito.
Lo que más me llamó la atención, fue ese amor a Dios, tan sincero, tan puro y tan, tan obediente, ¡era solo un niño!, como podía tener tan claro su amor y respeto hacia el Señor, si yo que soy adulto a veces me cuesta entender y acatar las pruebas que nos pone en el camino.
Aprendí de Felipito de Asís,a acatar sin dudar en que algo bueno se saca de aquello que nos aparece en el camino, a amar sin condicionar, a respetar, a ver las cosas buenas y sencillas de la vida, a agradecer porlo que tengo y por lo que soy. Terminé creyendo que este pequeño, hermoso y de un corazón grande de amor, tenía por misión enseñarnos, darnos una gran lección a nosotros los adultos que con nuestras estupideces, pequeñeces, ambiciones y maldad estamos dañando un mundo que Dios nos dió para disfrutar y no para destruir.
¡¡Grande Felipito de Asís!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario